-Te amo, Artie.
La respiración se la quedó atascada en la garganta
-¿Que has dicho?
-Te amo- se inclinó contra ella y le pasó el brazo por el cuello antes de desplomarse y desmayarse.
Artemisa se sentó allí, sosteniéndole mientras sus palabras resonaban hasta el fondo de su alma. Acheron la amaba.
Bajó la mirada al rostro del que todavía era increíblemente guapo a pesar de su estado desarreglado. La amaba. Eso acabó por hacerla llorar de una manera en la que no había llorado desde que era una niña. Y odió el echo de que él pudiera hacerla sentir así.Odió el echo de que aquellas palabras significaran tanto para ella, cuando no deberían significar nada.
Pero la verdad era la verdad y no podía negarla.
-Yo también te amo- susurró sabiendo que nunca podría decírselo si estaba despierto. Eso le daría a él, un mortal, demasiado poder sobre ella.
Pero en ese momento, podía decirle la verdad que quería negar con cada parte de sí misma. ¿Cómo podía una diosa estar enamorada de un hombre? ¿Especialmente ella? Se suponía que era inmune a eso. Pero algo de ese mortal había entrado en su alma. Si tan sólo fuese un dios...
(Cuento)
I de Ilusión
- Delirium Tremens
- Hola, sigo siendo aquella chica que algún día conocerás o que ya conoces. Los que ya saben como soy, me consideran una persona divertida, graciosa y sobre todo dicen que muy cariñosa. Esto es una virtud pero también un defecto, ya que puede ser que me encariñe demasiado rápido con las personas y luego me defraudan y me llevo un buen golpe; pero que más da uno más no? Mis gustos... cómo los puedo definir... a si especiales. Adoro el terror, la sangre, las vísceras y el color negro. Mi pasión es el baile, mover las caderas. Ser capaz de enamorar a un hombre con solo una mirada es mi reto. Por cierto tengo 18 años y soy una psicópata en potencia.
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